Según la Real Academia Española de la Lengua, Truque es la acción y efecto de trocar, es el intercambio directo de bienes y servicios, sin mediar la intervención de dinero.
El trueque aparece en el neolítico, hace unos 10.000 años, más o menos cuando la humanidad había alcanzado el 10% de su existencia.
Surge cuando llega el excedente en la producción agrícola y la división del trabajo. Cuando termina el paleolítico el ser humano pasa de ser un depredador y carnívoro a cultivar y recolectar de la tierra. Es ahí cuando se produce el excedente de bienes y cuando surgen oficios que no se ocupan de la agricultura o la ganadería sino de otros productos ajenos a dichas actividades.
La formalización de una operación de trueque se llama permuta. Se realizaba cuando se producía un excedente de producción, cuanto más cantidad de bienes se excedía, más riqueza se poseía. Hoy en día no es diferente.
Se intercambiaban alimentos por collares, hachas, piedras… y se realizaba ya por entonces en mercadillos.
Mucho ojo con lo que viene ahora. Trocar tenía una serie de ventajas, entre ellas:
- Comprar bienes o servicios no requería de movimientos de moneda.
- Mantenía la solvencia de la empresa.
- Optimizaba los resultados de la empresa.
- Hacía mejorar la producción.
- Compensaba la variación de producción por temporadas.
- Reducía el exceso de stocks, se les daba una salida rentable alternativa.
- Ampliaba las relaciones con empresas de diversos sectores.
Primera reflexión; ¿Y que había de diferente con las transacciones de hoy en día vía Online?
Pero también se daban una serie de desventajas, entre otras:
- Dificultad para encontrar al cliente que le interesara nuestro servicio o producto.
- Era complejo determinar el valor exacto del producto.
- Desaparecían los intermediarios.
Segunda reflexión; ¡Qué pocas cosas han cambiado desde que nuestros antepasados comían a bocados roedores, serpientes… ¡
Nuestra revolución industrial ha conseguido que esas desventajas sean oportunidades (aunque nada fáciles). Hoy en día podemos encontrar al cliente al que le interesa nuestro producto a 5.000 kilómetros de distancia, pero lo encontramos.
Lo de determinar el valor de los productos es bastante relativo (os recuerdo que con el euro pasamos de pagar 60 pesetas por un café a pagar 120 en un solo día) o que alguien me diga cuál es el valor real de una zapatilla de deporte si conseguimos abstraer el valor de la marca que lo respalda. Y que me perdonen las marcas, soy un defensor de la marca y creo como el que más en las mismas, pero en éste post me toca jugar al otro lado aunque sea tan sólo en éste párrafo.
En cuanto a los intermediarios, cada día van a menos, el comercio electrónico, las tiendas online , el e-commerce hacen que cualquier fabricante llegue al consumidor final sin necesidad de agentes que le representen en el mercado. Nuestro mejor agente es nuestra web, un buen diseño, programación, usabilidad, capacidad de conversión, pago seguro y efectivo, rapidez y compromiso en el servicio y una buena post venta.
Igualito que nuestros antepasados de la Edad de Piedra más reciente.
comments (0)