Observando las últimas campañas Social Media y en Televisión, sin duda las empresas están intentando atraer clientes desde el plano emocional, frente la lógica racional.
En una situación económica donde gran parte de la población esta decaída, las experiencias sentimentales con una estudiada comercialización de las emociones, venden más que el mismo producto o servicio, llegando el cliente a asociar el consumo del producto con la felicidad.
El individuo es un ser emocional y es más sencillo de lo que parece hacer sentir al cliente que nos preocupamos por él, y a través de ese contacto percibir la marca como propia, logrando así la conquista de los sentimientos y emociones. Como ejemplo, tenemos recientemente las campañas de Campofrío o Nestlé, pero el rey es Coca-Cola, nadie como ellos vincula la compra al resultado de una emoción positiva…llegan a “destapar felicidad”…y su última campaña “¿Qué harías con 100 euros?” ha sido un éxito.
Los menos entusiastas del marketing emocional señalan que funciona con productos a través de los cuales el cliente se puede llevar por un impulso, es decir, la generación de un sentimiento o emoción que hace que el consumidor no termine de razonar la compra. Por tanto, para los productos que requieren una inversión alta, y necesitan un tiempo de reflexión, el marketing emocional es estéril. Es decir, el marketing emocional sólo sirve para productos de compra más impulsiva.
Eso supondría subestimar al marketing emocional. Este marketing no se utiliza únicamente para conseguir compras compulsivas, se utiliza ya también para compras que necesitan reflexión. Las emociones a veces son breves en el tiempo, pero las verdaderas emociones duran en el tiempo, y las empresas están dirigiendo el marketing emocional a la emoción que se te queda en el corazón y dura en el tiempo.
BMW es una empresa que lo realiza desde hace muchos años, pero en Ad2web nos gustaría destacar el caso Balay. Esta empresa de marca blanca líder en España desde hace unos años está utilizando la emoción para diferenciarse de los competidores.
A pesar de ser un producto que necesita reflexión en su compra, utiliza el marketing emocional sin esperar una compra compulsiva e irracional. Sus objetivos son otros, habiendo conseguido ser una empresa líder en el recuerdo publicitario y mayor intención de compra.
Su nueva imagen ya se reflejaba en campañas como “por un mundo más cómodo”, donde premiaba al consumidor con más tiempo. Pero este año ha desembarcado con una campaña, a nuestro parecer extraordinario, como Nestlé.
En un momento donde la gente necesita ánimo y cariño, con una campaña como la de «Luis el jubilado» consigue que el consumidor se identifique con la marca. El consumidor percibe en su subconsciente muchísimas sensaciones: son una empresa que fabrica en España cuando hay mucha gente que tiene la sensación que sólo se está fabricando en China, el consumidor ve relaciones de afecto entre trabajadores, entre el trabajador y la empresa….con elementos tan básicos como la familia y las relaciones humanas, consiguen que el consumidor vea la marca como suya al sentirse identificado con ellos.
En ningún momento el anuncio habla sobre la calidad del producto, de descuentos especiales, de nuevos elementos….se limitan a despertar sentimientos en el consumidor que le permitan estar en contacto con él, y que sienta su marca como suya. No olvidemos que los criterios por los que elegimos un amigo son parecidos por los que elegimos un producto. Quizás el consumidor tardé en cambiar de lavavajillas, pero cuando en un gran almacén vea a Balay, el recuerdo publicitario en su subconsciente será positivo y habrá una mayor intención de compra.
Balay es el ejemplo que el marketing emocional ya se está imponiendo en todos los sectores.
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