Es posible que últimamente hayas oído el término inbound marketing y es que desde un tiempo a esta parte, parece que no se habla de otra cosa.
El inbound marketing se basa en darle al cliente un producto o servicio completamente ajustado a sus necesidades.
Todo esto, siempre con el objetivo de conseguir más ventas con la satisfacción de saber que tu producto es EL producto. De esta forma conseguirás fidelizar más clientes que estarán pendientes de ti y de tus productos.
Hoy el día, raro es el usuario que no busca información en internet antes de hacer una compra (hasta un 87%). Por eso es tan importante una buena reputación online y la metodología del inbound marketing.
Por lo tanto, con el inbound marketing la intención es conseguir que sea el usuario el que te encuentre a ti, que te busque con total libertad sin la molestia que suponen las interrupciones de la publicidad y los mensajes continuos (spam).
Inbound Marketing = Sin interrupciones (es el usuario el que te va a pedir información para conocerte mejor).
Aunque puede ser un proceso algo más lento, podrás conocer mejor al usuario, saber exactamente que quiere y convertirle en cliente.
Debes conseguir que los usuarios pasen de ser extraños, a ser clientes potenciales y de ahí a clientes fieles y promotores de tu marca.
En palabras y explicación de sus ‘padres’ (HubSpot), el inbound marketing consta de 4 fases:
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Atraer
Como hemos dicho en anteriores ocasiones no necesitas todo el tráfico del mundo, sino tráfico de calidad, es decir, esos usuarios que realmente están interesados en tus productos.
¿Cómo? Pues a través de contenido de calidad: posts en tu blog, regalándoles un ebook, mediante un vídeo o cualquier otro tipo de contenido. Todo esto necesariamente junto con una buena estrategia de SEO, para que puedan encontrarte.
El SEO es importante porque la mayoría de los usuarios empezamos nuestra búsqueda en motores de búsqueda (valga la redundancia) como Google y si no apareces en las primeras posiciones, o al menos la primera página, créeme que no te voy a encontrar.
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Convertir
Una vez has atraído a un usuario “perdido”, lo importante es convertirle en un cliente potencial.
Lo mejor es llevarles a una landing page (página de aterrizaje) dónde su atención se centre en una única acción como puede ser pedir información, descargar algún contenido gratuito, apuntarse a un seminario…
Debe ser un mensaje claro, que dé confianza y que genere urgencia. Debes transportar al usuario al lugar que tú quieres. Piensa qué imagen quieres venderles.
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Cerrar
Si haces bien el paso anterior, conseguirás que deje sus datos.
Con sus datos tendrás el acceso a su correo y ahí podrás ir ganándole poco a poco hasta convertirle en cliente.
Envía tus newsletters cada cierto tiempo, sin agobios y ofreciéndoles información de valor. Algo que realmente interese y sea de utilidad como: noticias, últimas ofertas, seminarios gratuitos, video tutoriales… Hay un sinfín de posibilidades.
Ya te digo que a mí, el que me envía publicidad sin más, sale volando de mi bandeja de correo.
¡Genera confianza en tus clientes!
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Satisfacer
El inbound marketing al final se basa en ofrecerles contenido sobresaliente a tus usuarios, tanto si son primeros visitantes, clientes potenciales o clientes regulares.
No cometas el error de pensar que si un cliente ha comprado una vez, ya lo tienes ganado, ni mucho menos, de hecho es más importante cuidar a ese cliente para conseguir que se convierta en un cliente leal y defensor de la marca y más aún, que te recomiende a todos sus círculos.
Es momento de que te pongas a trabajar ofreciendo el mejor contenido para atraer a la gente adecuada, en los lugares adecuados y en el momento justo.
¿Tienes preguntas o comentarios? ¡Déjanoslos aquí debajo!
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